Inversores string o en cadena
Son actualmente la opción más utilizada. Si la cubierta no se ve afectada por ninguna sombra y la instalación tiene una única orientación son, definitivamente, una buena elección.
¿Cómo funciona?
En una instalación en cadena, cada placa se conecta en serie con la siguiente y forma un ramal. Cada ramal se conecta al inversor, que convertirá la energía continua en energía alterna,
Al funcionar como un “conjunto” la potencia entera del ramal se ve afectada y reducida al panel que produzca menos.
El mantenimiento de este inversor es más fácil y sencillo, por tanto menos costoso, ya que está centralizado y su ubicación es más accesible. Normalmente se instalan en el garaje o en el sótano.
Microinversores
Están creciendo en popularidad, sobre todo si la cubierta se ve afectada por una sombra y es a dos aguas.
¿Cómo funciona?
Cada placa solar tiene un pequeño inversor instalado. Estos microinversores convierten la corriente continua en alterna desde la propia cubierta.
Al funcionar de manera individualizada, el rendimiento en su conjunto es más eficiente. La instalación no se ve tan afectada por las diferencias de producción de cada panel.
Además, del costo su mayor inconveniente es que para su mantenimiento hace falta subir a la cubierta.
Optimizadores de potencia
Son una tecnología que combina ambos sistemas y resulta ligeramente más económico que los microinversores.
¿Cómo funciona?
Los optimizadores se ubican en cada placa solar, pero la energía sigue enviándose a un inversor centralizado.
No convierten la corriente continua en alterna, sino que modifican el punto de funcionamiento de la curva Intensidad-Tensión de los paneles que reciben sombras. Es decir, mejoran el rendimiento del ramal en su conjunto porque no le obligan a adaptarse al panel que menos produzca.